¡Buenos días! ¡Vamos, vence hoy!
Mis amados amigos:
Soy Javier Alguero, director de la empresa RAPIPROFE. Hoy es un día propicio para testificar de las bendiciones tan grandes que Dios trae a nuestras vidas, en mi caso específico, hay muchas promesas que el señor cumplió en mi vida y otras que están por cumplirse y estoy sumamente agradecido por eso y entonces quiero compartirles al menos un testimonio que tiene que ver con DIEZMOS Y OFRENDAS.
En el año 2015 iniciando mis estudios teológicos de discipulado 1, decidí firmemente que no iba a tener más deudas espirituales, ni físicas, eso gracias a la palabra de vida que empecé a recibir en la iglesia directamente de Dios a través del Apóstol Jorge Freyle. A partir de ese momento empezó una revolución en mi vida espiritual, en la cual perdoné y recibí perdón de las personas con las que tuve alguna vez alguna diferencia y empecé a amar con los ojos de Cristo absolutamente a todas las personas.
Las consecuencias de esto es que ahora me encuentro sin deudas espirituales, en comunión con todas las personas, mi familia bendecida, mi vida espiritual renovada, lleno de gozo y paz, sirviendo activamente y, como si fuera poco, los más de 7 acreedores que tenía desaparecieron, se esfumaron los últimas dos deudas que tenía con el tránsito de barranquilla y con el ICETEX desde hace ya varios años y que antes notaba impagables, tuvieron que ceder y también cayeron.
El señor me saco de ser empleado para bendecir ahora a mucha gente en su mayoría jóvenes de la iglesia a través de una startup que me regalo llamada RAPIPROFE, mi emprendimiento; una empresa que está floreciendo, va en avance y progreso en medio de las circunstancias que vive el mundo y confieso que los últimos diezmos son mayores a los que ofrecí antes del desarrollo de la pandemia del COVID 19.
Les comparto una palabra que me revelo algo tan importante y sobretodo ocasionó que entregara todas mis posesiones a Dios, ahora están más seguras con El.
Malaquías 3:10. “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.”
Las palabras de Malaquías, reiteradas por el Salvador, les prometen a los que lleven los diezmos al alfolí que el Señor abrirá las ventanas de los cielos y derramará sobre ellos bendición hasta que sobreabunde.
Te comparto, además, las siguientes reflexiones que han sido parte de mi vida en todo este tiempo:
- El diezmo es un mandamiento con una promesa, también es obediencia y la obediencia brinda protección.
- Pagar un diezmo integro es, antes que todo, un acto de fe.
- El diezmo previene la avaricia.
- Quizá haya gente que se las arregle bien sin pagar el diezmo, pero nosotros no podemos. Cuando pago mi diezmo, tengo la promesa del Señor de que Él nos bendecirá, y necesitamos esas bendiciones para vivir.
- El diezmo asegurará que su nombre esté incluido entre los del pueblo de Dios y lo protegerá en el día de la venganza y el fuego.
- El diezmo trae confianza y paz.
- Él ha prometido más bendiciones de las que podamos recibir cuando hayamos sido fieles a nuestro convenio de pagar nuestro diezmo.
- Quienes han cumplido con el mandamiento del diezmo pueden testificar que la bendición de la paz es real y valiosa.
El diezmo trae confianza y paz
“Él ha prometido más bendiciones de las que podamos recibir cuando hayamos sido fieles a nuestro convenio de pagar nuestro diezmo (véase Malaquías 3:10). De modo que una de las grandes bendiciones del diezmo es la confianza en lo que nos depara el futuro. Sean cuales fueren nuestras circunstancias, las cosas resultarán para nuestro bien. Al cumplir nuestras promesas, Él cumplirá las Suyas. El sentimiento de paz es una de las grandes bendiciones de pagar un diezmo íntegro. Quienes han cumplido con el mandamiento del diezmo pueden testificar que la bendición de la paz es real y valiosa”.
Cualquier inquietud, no dudes en contactarme
Con cariño
Javier Alguero “RAPIPROFE”